La Pasión en la Fotografía de Bodas

La pasión es lo mínimo exigible. O al menos lo es para mí. Si no me sale de las entrañas sencillamente no me sale. Por eso me dedico a la fotografía de bodas, porque me conmueve, me emociona, y me hace sentir viva. Conoceros y guardar vuestras historias es de las mejores cosas que he descubierto en la vida.

Con mi trabajo busco crear un documento emocional y honesto que nos permita viajar en el tiempo y revivir ese día. Cuidando los detalles al máximo y creando una colección de imágenes elegantes y estéticas que os permitan evocar todos los recuerdos del día de vuestra boda.

Para ti y tu pareja, así como para el resto de asistentes, quiero ser una persona permeable y porosa, que absorba todos los detalles de vuestras emociones y con la que podáis conversar con naturalidad. Mi trabajo al final lo construimos juntos.

Soy una persona profundamente emocional, y eso se refleja bien en mi trabajo, me interesan los momentos íntimos e impulsivos, la espontaneidad y los gestos sinceros. Disfruto mucho de la belleza en cada sitio.

Dos Datos Curiosos sobre Mí como Fotógrafa

Durante muchos años me negué rotundamente a hacer bodas porque pensaba que era frío, y pervertía mi amor por la fotografía convirtiéndola en algo funcionarial. Yo era fotógrafa de naturaleza cuando mi mejor amiga se casó. Buscando la forma de hacer su reportaje, descubrí el trabajo de otros compañeros que estaban haciendo bodas en Estados Unidos con una mirada con la que sí me sentía a gusto, una manera de hacer bodas con la que empatizaba, y entonces me di cuenta de que estaba equivocada.

Lo segundo es que no sé irme de las bodas, no quiero que acaben nunca y cuando lo hago tengo preparada una play list en el coche que se llama ‘Bodas sin fin’. Suelo llamar a mi pareja, a mi madre o a algún amigo cantando y bailando, así es como saben que ya vuelvo a casa pero que estoy a tope de energía y que no voy a poder dormir. Siempre llego a casa con ganas de más, de quedarme a bailar, a celebrar, y de seguir haciendo fotos porque tengo la suerte de que mi trabajo me divierte muchísimo. El día de después de una boda mi saturación emocional abrumadora es evidente para quien me tenga al lado y tengo tal ataque de Stendhal que no aguanto ver una sola cosa más que me sobre estimule.

¡Aaaay si se lo contase a la Alba del pasado!